Ubicada junto al río Manilva y a pocos pasos de los famosos Baños de la Hedionda, esta impresionante finca ofrece un remanso de paz y belleza en plena naturaleza. A tan solo cinco minutos de la costa de Casares y Manilva, con fácil acceso desde la AP7 y la A7, es el lugar ideal para quienes buscan tranquilidad sin renunciar a la comodidad.
La finca alberga una villa de estilo tradicional en una sola planta, con cinco amplios dormitorios, cuatro de ellos en suite, aseo de cortesía, una acogedora cocina rústica de 20 m² con muebles de madera y un salón de 60 m² con techos altos abuhardillados, chimenea y grandes ventanales que llenan el espacio de luz. Además, dispone de una edificación anexa de 50 m² y dos plantas con entrada independiente, ideal como casa de invitados o alojamiento para el servicio.
El exterior ofrece un porche delantero con orientación suroeste, con una parte cubierta por una pérgola, perfecto para disfrutar de cenas al aire libre mientras se contemplan las vistas a la Sierra de la Utrera.
Gran potencial para múltiples usos: la finca aún no ha sido explotada, pero ofrece diversas posibilidades. Puede destinarse al desarrollo de un centro ecuestre, a la agricultura o al cultivo de viñedos de uva Moscatel, famosa en la zona por su gran calidad. También es apta para cultivos tropicales como aguacates y mangos. Actualmente, cuenta con una plantación de 25 árboles de aguacate.
Cuenta con pozo de agua legal y suministro eléctrico, lo que garantiza todas las comodidades necesarias para su explotación y disfrute.
Además de su belleza natural, la finca posee un gran valor histórico. El acceso a la zona de los Baños de la Hedionda se realiza a través de un puente del siglo XVI, restaurado en el XVIII, que formaba parte del sistema de riego de la zona y sigue en uso.
Esta propiedad única combina naturaleza, historia y un sinfín de posibilidades para disfrutarla como residencia privada o como inversión.